El Programa de Intervenciónes lúdico-educativas para Infancias en Situación de Vulnerabilidad fue creado por un equipo de 15 profesionales y especialistas en áreas de psicopedagogía, psicología, T.O, docencia de nivel inicial, entre otros. Se logró estandarizar una actividad que, usando el juego como recurso, educa emocionalmente y en valores.

Se trata de una posta de juegos cronometrada y asistida por voluntarios capacitados, donde el eje principal es propiciar un espacio de contención para los niños y niñas, potenciando su capacidad de cooperar de forma activa, comunicarse y sociabilizar.

Entre las propuestas se destaca:

– El juego creado y patentado “Emboca-valores”; una propuesta reglada a través de la cual se busca promover el reconocimiento y la internalización de distintos valores tales como la solidaridad, el respeto, empatía, gratitud, equidad y cuidado ambiental, fomentando su aplicación en la vida diaria.

– El juego creado y patentado “Memociones”, una alternativa lúdica para fomentar la educación emocional. Se trata de un juego reglado que busca propiciar un espacio seguro para experimentar, identificar, etiquetar y regular las 5 emociones básicas. En su versión para menores de 5 años, se busca fomentar el reconocimiento y la canalización de las emociones a través de la descarga corporal. La versión para mayores de 5 años apuesta por el reconocimiento de las emociones en situaciones de la vida cotidiana propiciando la identificación y la conexión con experiencias propias. Para fijar los contenidos aprehendidos, se juega un memotest temático.

El programa también cuenta juegos inflables, paracaídas, aros, pelotas, globos, títeres y un juego mnemotécnico diseñado para trabajar las emociones.

Un niño que juega es un niño sano. Los niños deben jugar, aprender y divertirse porque es la base de su crecimiento. Los juegos fomentan el desarrollo físico e intelectual, promueven la creatividad y los prepara para vivir en sociedad. Por todo eso y por mucho más, jugar es un derecho.